CARAT (Peso en quilates)

Como sucede en todas las piedras preciosas, el peso de un diamante se expresa en quilates. La palabra quilate tiene su origen en una medida de la naturaleza, las semillas del algarrobo. El peso de los diamantes se determinaba tradicionalmente por medio de estas semillas; posteriormente el sistema se estandarizó y se fijó: un quilate equivale a 0,2 gramos, (la quinta parte de un gramo). Un quilate se divide en 100 “puntos”, por lo que un diamante de 25 puntos se describe como un cuarto de quilate o 0,25 quilates. He aquí algunos ejemplos que muestran el tamaño aproximado de los diamantes en cuestión.

COLOR

Aunque la mayoría de los diamantes no tienen aparentemente color, otros pueden contener ligeros tintes amarillos o marrones, como los denominados diamantes “champán”.

Algunos diamantes tienen un color excepcional como verde, rojo, azul, rosa o ámbar y son conocidos como “diamantes de fantasía”. El color de los diamantes se valora en una escala, comprendida entre la D y la Z; los clasificados con un color “D” son los más blancos y claros y por tanto los más caros.

La quinta “C” confianza en su joyero

Cuando usted esté dispuesto a elegir su diamante, debe visitar a un joyero de confianza. Él es el experto en diamantes y con mucho gusto le explicará las 4C, así como las diferencias entre las diversas calidades de diamantes y cómo afectan éstas al precio. No espere encontrar “gangas” en diamantes: la calidad tiene su precio.

Un joyero establecido valora su buena reputación y le ayudará a escoger el diamante de mejor calidad, ya que él sabe que usted busca calidad al hacer una compra tan importante.

CLARITY (Pureza o claridad)

Casi todos los diamantes contienen unos vestigios diminutos de carbono no cristalizado o pequeños cristales que no son diamantes. La mayoría no son perceptibles a simple vista y sólo se observan si se utilizan métodos de aumento. Estas impurezas se denominan inclusiones, son las huellas dactilares de la naturaleza y hacen que cada diamante sea único. Sin embargo, cuanto menos tenga, más excepcional será la piedra. La pureza por lo tanto, es el término utilizado para indicar hasta qué punto la piedra que se adquiere está libre de estos fenómenos naturales.

Existen 4 sistemas internacionales de graduación para clasificar los diamantes: GIA, CIBJO, IDC y Scan D.N., así como la próximamente llamada ISO. La GIA considera que una piedra es perfecta cuando no presenta inclusiones, ni externas ni internas. Otros sistemas utilizan el término “Loupe Limpio”, con el que indica que no presenta inclusiones internamente. Los grados siguen bajando gradualmente y son compatibles.

CUT (Talla)

De todas las 4C, ésta es aquella sobre la que el hombre ejerce una influencia más directa. Las otras tres son dictadas por la propia naturaleza. La talla o forma de un diamante influirá de un modo fundamental en su fuego y brillo, ya que será la habilidad del tallador la que libere su belleza.

Cómo capta la luz un diamante

La talla del diamante es la que permite que la luz se refleje de manera óptima.

1. Cuando un diamante es tallado con las proporciones apropiadas, la luz se refleja de una faceta a otra y luego se dispersa a través de la meseta o parte superior de la piedra.

2. Si la talla es demasiado profunda, parte de la luz se escapa por el lado opuesto del pabellón o parte inferior.

3. Si la talla es poco profunda, la luz se escapa por el pabellón o parte inferior antes de reflejarse.